Después de años lidiando con la artritis reumatoide (AR), he aprendido que el azúcar refinada es el enemigo número uno en mi dieta.
Por ende, el alcohol, que a menudo contiene azúcar, puede ser un desafío.
Sin embargo, como seres humanos, también valoramos los placeres de la vida, como disfrutar de buena comida acompañada de un buen vino.
A lo largo de los años, he observado que diferentes tipos de alcohol tienen distintos efectos en mis síntomas.
Por ejemplo, los vinos importados tienden a provocar inflamación y dolores de cabeza inmediatos. Esto podría deberse a los sulfitos añadidos como conservantes y al azúcar residual presente en estos vinos.
Curiosamente, cuando viajo a Europa y consumo vinos locales, mi cuerpo parece tolerarlos mejor.
No estoy segura de sí la diferencia radica en los sulfitos o en el azúcar, pero lo que sí sé es que cuanto más dulce es el vino, mayor es el impacto negativo en mis síntomas.
En resumen, aunque el alcohol puede ser un factor desencadenante para la AR, la moderación y la elección de bebidas con menos azúcar y sulfitos pueden ayudar a minimizar los efectos adversos.
¿Cuál ha sido tu experiencia con el alcohol y la artritis reumatoide? ¿Has notado diferencias con ciertos tipos de bebidas? ¡Comparte tus consejos y preguntas en los comentarios!
